Tenía muchos problemas para crear y seguir una agenda. Así como para ordenar los documentos, papeles, administración. También estaba bloqueada respecto a mi opinión como pareja, y en creencias negativas como pensar que ganar dinero me hace peor persona o que debo ser mucho más generosa con mis ganancias. Quería tener todos mis papeles accesibles y ordenados por categorías. Poder hacer tiempo para llevar a cabo mis objetivos y ser puntual.
Desde el principio cambió algo muy importante cuando al intentar seguir mi agenda, me di cuenta de que el mayor problema para poder cumplir con los objetivos era que no me apasionaban. La mayoría eran sólo objetivos de trabajo, de prestigio o de obligación. Me di cuenta de que no reservaba un tiempo por ejemplo para la amistad, o para mí. Ese fue uno de los cambios más importantes. Así como comprender que aunque no tengo pareja no hay nada mal en mí. Simplemente no ha llegado. También aprendí a tomar el dinero que me llega y a repartirlo de la forma que a mí me viene en gana. No necesariamente a las personas que más lo necesitan, si no a las que me apetece. He cambiado mis objetivos que ahora están más vinculados a aquello que me hace feliz y no lo que creo que debo hacer. También de forma indirecta, me vi obligada a trabajar duro en mi declaración de impuestos y me he convertido en una maestra! He observado que casi siempre que me siento mal es por un problema externo, no por mi estado de ánimo general, y casi siempre suele provenir de algo con lo que tengo que romper. Aligerar mi peso.
He dejado muchos antiguos objetivos a un lado para tomar otros que anteriormente me parecían menos importantes como pasar tiempo con amigos, hablar con la gente. Tomar tiempo para caminar, para estar sola, leer, escribir. Se han dado muchas sincronicidades a medida que avanzaba con Marta. Algunas cosas se han colocado de forma mágica. Otras han tardado más y otras están aún por resolver. Pero darme cuenta de que mi agenda debe ir en consonancia con mis verdaderos deseos del alma ha sido un gran paso.
Recomendaría a Marta porque es una persona con vocación para el coaching. Es una persona que busca soluciones de forma casi instantánea. Tiene una fe y un optimismo inacabable. Tiene mucha paciencia conmigo en los puntos que más me cuestan como por ejemplo enviar los formularios a tiempo. Es una persona con mucha experiencia. Es una «abridora de puertas» mágica. De alguna forma las cosas se van colocando poco a poco. Yo creía que necesitaba más disciplina, y caminar con Marta me ha llevado a ver que no hay disciplina que pueda encauzar un sistema de valores/objetivos insatisfactorio. Tiene una sonrisa que le sube el ánimo a cualquiera. Se hace muy grato el trabajo. Siempre genera energía nueva y emprendedora.
Me llamo Elena Sancho Pereg. El coaching me parece una gran herramienta en el aprendizaje de la vida. He hecho procesos de coaching varias veces y puedo decir que trabajar con Marta ha sido muy enriquecedor. He evolucionado mucho y estoy muy contenta con el trabajo que hemos hecho. Es una persona en la que confío y con quien se puede profundizar en materias íntimas. La considero una persona muy profesional y responsable
(Elena Sancho Pereg, Diciembre 2020)