El arte de VIVIR: ejercer mi LIBERTAD de elegir qué quiero VER

La libertad es algo que no se exige, pues somos libres por naturaleza

El único requisito que nos exige la libertad es nuestra responsabilidad para ejercerla en cada momento y lugar.

Para ejercer nuestra libertad, primero debemos reconocerla, empezando por reconocer nuestra libertad mental, es decir el estado de ecuanimidad al que tenemos acceso si así lo deseamos, y que nos permite observar sin apegarnos a los juicios. Es decir, mantener nuestro mundo interior equilibrado, para no reaccionar en base a nuestras sombras sin integrar, creencias inconscientes, y emociones ocultas. Ese es el estado desde el cual podemos elegir la vida que queremos vivir, y el mundo que queremos ver.

 

La libertad es la capacidad de elegir sin límites

Para ello, necesitamos la claridad que proviene de la conciencia de nuestra sabiduría interior, ya que el mundo que vemos cada un@, es el resultado del que cada cual es la causa. Esto significa que cada un@ somos responsables de lo que vemos y vivimos. Y, por lo tanto, podemos elegir quiénes queremos ser, porque lo somos Todo. Es decir, que cuanto más nos identifiquemos con Todo, más libres somos para elegir quiénes queremos ser. Y eso implica soltar los condicionamientos propios, así como aquellos que consideramos ajenos.

 

Cualquier sueño se convierte en realidad cuando ampliamos nuestra zona de confort

Nos mantenemos en una limitada zona de confort, donde sentimos una aparente seguridad, porque es lo que conocemos. Y nos mantendremos ahí mientras sigamos creyendo que podemos perder lo que “tenemos” si nos arriesgamos a experimentar algo distinto. Pero esa visión del ego es la que perpetúa nuestra esclavitud.

Ejercer nuestra libertad implica arriesgarnos a emprender el camino de la motivación de conocer algo nuevo, en lugar de seguir siendo víctimas del miedo a lo desconocido. Solo atravesando la zona de experimentación logramos acceder a la zona de los sueños, donde cualquier sueño se convierte en realidad al ampliarse y enriquecerse nuestra zona de confort, naturalizando lo que antes considerábamos una utopía. Tomar conciencia de esto libera nuestro verdadero poder de elección, pues el miedo a lo desconocido se desvanece al comprender que no hay nada que sea posible perder porque solo es posible ganar, ya que todo está disponible para cada un@ de nosotr@s. Ya no importa lo que elijamos, porque ser libre es, simplemente, ser conscientes de que estamos eligiendo.

 

Nadie puede ayudarnos a elegir

Solo cada cual puede escribir su propio camino para aprender y vivir lo que le corresponda. Y para ello, Richard Bach en su libro “Ilusiones” propone la siguiente reflexión:  Si nuestra única misión fuese ser felices en el mundo mientras vivamos, ¿qué haríamos entonces?… ¿qué elegiríamos?

Lo cierto es que como somos libres, no se nos obliga a ser felices, y por lo tanto, tenemos la posibilidad de sufrir. A lo que llamamos soledad y falta de ayuda es libertad, puesto que solo cada cual se limita a sí mism@. Y cuando ejercemos nuestra libertad, dejamos de sentir miedo y carencia.

 

La única pregunta es: ¿QUÉ QUIERO VER?

Somos responsables de lo que vemos. Elegimos los sentimientos que experimentamos y decidimos el objetivo que queremos alcanzar. Y todo lo que parece sucedernos, nosotr@s mism@s lo hemos pedido, y se nos concede tal como lo pedimos. No nos engañemos por más tiempo pensando que somos impotentes ante lo que se nos hace. Reconozcamos únicamente que estábamos equivocad@s, y todos los efectos de nuestros errores desaparecerán. El mundo que deseamos se nos concede puesto que lo deseamos. Y para que esto tenga lugar, debemos primero reconocer el poder de nuestro deseo. Tenemos que aceptar su fuerza, no su debilidad. Lo único que se nos pide es que dejemos entrar a la verdad, que cesemos de interferir en lo que ha de acontecer de por sí, y que reconozcamos nuevamente la presencia de lo que creímos haber desechado (nuestra libertad). El reconocimiento procede de la visión y de la suspensión de todo juicio. Veremos aquello que deseemos ver. Y si la realidad de lo que vemos es falsa, lo defenderemos no dándonos cuenta de todos los ajustes que hemos tenido que hacer para que sea como lo vemos. Es esencial que reconozcamos que nosotros hemos fabricado el mundo que vemos. La realidad no necesita nuestra cooperación para ser lo que es. Pero nuestra conciencia de ella sí necesita nuestra ayuda, ya que tener esa conciencia es algo que nosotros elegimos. Hay otra visión y otra voz en la que reside nuestra libertad que tan solo están esperando nuestra decisión. Y si depositamos nuestra fe en ellas, percibiremos otro ser en nosotros. Ese otro ser considera que los milagros son algo natural. En nosotros está la respuesta a la única pregunta, y su propósito es nuestra libertad y debemos ser libres de encontrarla.

 

Mientras no seamos conscientes de nuestras elecciones, no nos sentiremos libres

Todos tenemos el mismo deseo de estar en paz y ejercer nuestra libertad. Porque sin libertad solo sobrevivimos con falsa seguridad.

Nuestro deseo de estar en paz es el mismo que el de no desearle mal a nadie, y reconocer ese deseo nos hace fuertes. Por eso queremos soltar nuestros deseos dañinos inconscientes, para elegir distinto y sin miedo a experimentar lo que deseamos con Amor, desde nuestro Amor por nosotr@s mism@s y por el mundo.

 

Lo que queremos se ve mermado por lo que “podemos”

Y por eso acabamos queriendo lo que podemos, y sintiéndonos esclav@s de ello, al habernos olvidado de lo que verdadera y libremente queremos.

Es hora de ejercer nuestra libertad, de elegir quién queremos ser en cada momento, de ejecutar nuestra responsabilidad de soltar los programas dañinos inconscientes que nos lo impiden, de elegir estar en paz en cada momento y lugar. Pues como dijo Jimmy Hendrix, “Cuando el poder del Amor sea más grande que el amor al poder, el mundo conocerá la Paz”.

 

Observa el mundo que ves

Analiza si es el mundo que quieres ver

Comprende que si no lo es puedes elegir verlo distinto desde la conciencia de tu sabiduría interior

Y Actúa desde esa otra conciencia para mantenerte firme en tu elección, ejerciendo tu libertad de elegir qué quieres ver ¡en cada momento y lugar!

 

Fuentes de inspiración: Escuela de Pensamiento de Frecuencia Gaia, y UCDM

 

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Más y mejor contenido, la próxima semana!

Feliz día, y feliz vida:)

NAMASTÉ