En estos días han dado una noticia (link abajo) sobre cómo la Comunidad de Madrid está tratando de aprobar que en la receta médica se pueda prescribir, además de medicamentos, 30 min de actividad física diaria, o 2 clases de Yoga a la semana, por ejemplo para la mejora de la salud.
Comentando esta iniciativa con Eva Fazanes, la fundadora del maravilloso gimnasio Ágora, en Griñón, coincidimos ambas en que según el valor que cada persona le da a cada cosa o aspecto de su vida, le parece más o menos adecuado el precio que paga por ello, ya sea considerado caro o barato por otr@s
Por ejemplo: los x€ de cuota de gimnasio para los 30 días del mes, que incluyen todas las clases, en el horario que desees, el uso de duchas, etc… ¿Crees que es comparable con esos mismos x€ que pagas en un restaurante por un servicio que disfrutas sólo 2h? Y entonces, ¿qué es lo caro? ¿El gimnasio o la cena? Pues ni uno ni otro
Hay casos incluso en los que algun@s prefieren invertir en cosas innecesarias o que dañan su salud, al tiempo que intentan reducir al mínimo la cuota del gimnasio, cuando en realidad esta última es una inversión para generar y cuidar la salud. Repito la pregunta, ¿qué es lo caro, el gimnasio o ese otro capricho?…es tan relativo!
Cada persona tiene unas prioridades distintas, basadas en sus valores, que a su vez se apoyan en su sistema de creencias (ya habé de ello en otro post) Si, al igual que yo, uno de tus valores fundamentales es la salud, le darás importancia al cuidado de la misma, y estarás feliz destinando un importante porcentaje de tus ingresos a ello. Si no es así, destinarás tu dinero a otros fines.
Pasa lo mismo con la inversión en terapia o formación para nuestro crecimiento personal, que muchos prefieren obviar, sustituyendo por otras actividades que a veces merman sus capacidades ¿Te has parado a calcular lo que vale un servicio de mejora de tu gestión emocional? ¿Y el valor que tiene para tí un curso mediante el cual aprendes a hacerte la vida más fácil, p.e. mediante el Orden?
Otro tema es el precio… ¿Cuánto estas dispuesto a pagar por resolver tu «problema»? Es decir, ¿cuál te parece la inversión correcta para la mejora de tu salud, o el logro de cualquiera de tus objetivos? Sinceramente, yo creo que no tiene precio!
La clave está en preguntarnos qué valor le damos a esa faceta de nuestra vida, y que porcentaje de nuestros ingresos deseamos invertir en ella:) Haz la prueba, haz el cálculo.
La gran mayoría de las personas invierten menos de lo que les gustaría en lo que de verdad les importa, por una simple cuestión de falta de conciencia… Por no pararse a hacer este análisis… Por no preguntarse ¿Qué es lo que de verdad me importa? Y después, actuar en consecuencia.
Ahí te dejo la reflexión:)
https://www.antena3.com/noticias/salud/los-medicos-podran-recetar-ejercicio-fisico-como-medicina-preventiva_201810025bb399f80cf2bf7c010687af.html
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