“No estés asustada de que la vida se acabe: asústate de que nunca empezase” , dijo Grace Hansen.
Resumiendo la reflexión titulada “Vivir plenamente la vida” del libro Meditaciones para mujeres que hacen demasiado de Anne Wilson Schaef…. Muchas veces, el centrarnos sobre la muerte y las posibilidades de morir es una escapatoria a nuestro miedo real: el miedo de vivir nuestras vidas.
Nos hemos acomodado a una manera de vivir que es realmente una muerte lenta, nuestro trabajo, ocupaciones y cuidado permanente de los demás, y el estar siempre apresuradas, nos quitan la responsabilidad de estar totalmente vivas, matándonos lentamente de una manera socialmente aceptable, lentamente al pie del cañón, ¿qué más podemos pedir a una adicción?
¿Por qué nos asusta tanto vivir nuestra vida? ¿cómo sería nuestra vida si decidiéramos desenmascararnos ante ella y vivirla?, ¿por qué es tan terrorífico vivir nuestros sentimientos y estar presentes momento a momento?
Mi proceso interno nunca me fuerza más allá de donde puedo ir. Puede que no me guste pasara través de él, pero puedo hacerlo. Es solo cuando rechazo mi vida cuando se me hace pesada.
Cuando gran parte de nuestra vida nos la hemos pasado escuchando un “No” por respuesta… Cada “Si” abre una puerta a la esperanza J
En mi caso, los intentos de apagar mi luz con la palabra “No” solo han conseguido que me aleje de la gente que la pronuncia, y que yo misma la quite de mi vocabulario. Atrás van los muchos “No” con los que he vivido en lo personal y profesional, y poco a poco me permito el lujo de poner un “Si” que sustituya ese “No” que fue…
Si puedes, Si debes, Si está bien, Si es correcto, Si es posible algo aunque nadie lo haya conseguido aún, Si viste como quieras, Si ríe a carcajadas, Si haz preguntas, Si se sincera, Si mira con descaro, Si come con ganas, Si habla de todo, Si se amable, Si reclama lo imposible, Si defiende causas perdidas, Si aporta tus ideas, Si haz propuestas de cambios y mejoras, Si ordena el mundo! Si al disfrute, Si a mí misma, Si a la vida!!!