¿Sabes hacia dónde te diriges?

Quizás no tengas conciencia de saber exactamente hacia dónde te diriges, pero quien sí lo sabe es tu alma. Tu alma te guía hacia la misión vital que debes desarrollar, pues estás viv@ para evolucionar en la dirección que sólo tú puedes hacerlo y mediante la combinación única de los dones y habilidades que solamente en ti pueden manifestarse.

Dejarte guiar por esta sabiduría interior puede resultarte fácil o difícil según sea tu grado de conexión contig@ mism@. Esta conexión se da a través de tu cuerpo, que actúa como brújula interna, avisándote con bienestar cuando transitas el camino adecuado, y con malestar cuando te desvías. Es decir, que el malestar es tu mejor aliado para saber que necesitas corregir tu dirección en un determinado punto y momento vital. Por lo que, si usas cada malestar para parar en seco y hacer un ejercicio de introspección honesto, vas a adquirir plena conciencia de las incoherencias o bloqueos que te han llevado a ello, y, por tanto, claridad al respecto de los cambios que necesitas hacer en tu interior (no a nivel externo o conductual, pues estos suceden de forma natural tras el cambio interno).

Todos esos bloqueos que te impiden sentir la plenitud y paz de estar en el camino que te lleva a materializar los deseos de tu alma, vienen derivados de las emociones, pensamientos y conductas automáticas que a su vez son fruto de las adicciones emocionales, mentales y conductuales adquiridas en tu infancia e incluso durante tu gestación ya que parten de tu inconsciente. Y esto que a priori podría parecer que está lejos de ser tu responsabilidad, es precisamente lo que te recuerda tu capacidad para transformarlo. Es decir, conocer lo que te limita es el primer paso para trascenderlo y seguidamente expandirte hacia donde tu alma sabe que puedes llegar.

La analogía del carruaje

Para entenderlo mejor, imagina que tu alma es el pasajero que viaja en el interior de un carruaje que es tu cuerpo, que es conducido por un cochero que es tu mente, la cual dirige a unos caballos que son tus emociones. Si el cochero no logra oír bien el destino que el pasajero le marca, estará confundido y guiará con tan poca seguridad y firmeza a los caballos, que, en lugar de moverse fluidamente, lo harán con dificultad, en bucle o desbocados.

Es decir, que tu alma sabe perfectamente el destino al que quiere llegar... pero si quiere lograrlo, debe dar instrucciones claras a tu mente para que dirija a tus emociones de forma que muevan a tu cuerpo por el camino adecuado. Si pierdes el rumbo, tu alma te va a avisar a través de confusión mental para que te pares a re-conectar contigo mism@ para reconducirte en la dirección adecuada. Si no lo haces, tu alma te va a avisar poco después a través de malestar emocional, que irá en aumento si no te paras, avisándote más adelante a través de síntomas físicos que también aumentarán hasta que te pares, o te paren ellos. Dicho de otro modo, tu bienestar físico, emocional y mental depende de tu conexión contigo mism@, de tu escucha interna y de tu coherencia con el deseo de tu alma o propósito de vida.

El reto está en re-conectar contigo mism@

Cuanto mayor sea el grado de conexión contigo mism@ más fluido es tu transitar por la vida. Para lograr esta conexión, mantenerla y ampliarla después, yo recomiendo practicar alguna técnica de meditación. Lo ideal es probar varias y quedarte con la que tú sientas que realmente logras relajar tu cuerpo hasta el punto de llevar a tu mente hacia la desconexión de las redes neuronales responsables de tus bloqueos mentales, emocionales y conductuales, para después crear unas redes neuronales nuevas capaces de llevarte a los pensamientos, emociones y conductas que te permitan fluir en la dirección de todo aquello de verdad tu alma desea.

Si quieres puedes, ese es tu PODER PERSONAL. Y si no sabes cómo lograrlo, es el momento de aprender a hacerlo de mi mano. ¡Aquí estoy para ti!